En busca del equilibrio

Hola soy Marisa, la pensadora de esta semana y mi objetivo es poner en funcionamiento tu cabeza respecto a los derechos de autor, así que si eres de los que consideran que éstos no sirven para nada ya que impiden descargar cosas como películas o música o por el contrario, si no comprendes la importancia de la accesibilidad a la información por parte de todo el mundo, por favor no dejes de leer, te damos razones para que pienses y cambies de opinión.

Entenderlo es más fácil con un ejemplo, imagina que las personas que trabajan para la educación aportan buenas ideas pero su trabajo no es reconocido, lo que deriva finalmente en un mundo carente de nuevas ideas. Vuestro ideal de un mundo educativo utópico y de información libre acabaría en pesadilla, en un desierto cuya base sería la falta de reconocimiento social y económico para el que se esfuerza y trabaja. No permitamos esto.

Dijo el sabio que todos los extremos son malos y una posición totalmente contraria derivaría en una catástrofe similar. ¿Si todos los contenidos tuvieran un precio crees que sería posible la educación?¿Imaginas que tu padre te hubiera puesto un precio para que aprendieras a usar cuchillo y tenedor? Se trata simplemente de un efecto dominó sobre lo que fomentamos y lo que no, sobre lo que queremos cuidar y lo que no. Necesitamos mentes abiertas que entiendan que la virtud está en posibilitar un mundo en que los contenidos sean accesibles para todos y en que al mismo tiempo los autores se vean recompensados. Los antagonismos y las visiones radicales sólo nos llevan a dañar la educación de una forma u otra.

Es interesante que acerquemos todo esto a nuestra realidad para que no quede en nada. ¿Has visto el coste actual que suponen los libros de texto para los estudiantes? ¿No importa realmente que la educación sea accesible para todos? Tampoco los autores están libres de situaciones que los perjudican, la frase "quien copia a uno hace un plagio, quien copia a muchos hace una investigación" provoca medias sonrisas en muchos estudiantes y no es en realidad sino una forma de dañar al que ha aportado y generado nuevas ideas. Equilibrio al fin y al cabo.

No queremos medias tintas en esta reflexión ni quedarnos en la simple y banal crítica de lo que no nos gusta. También hay soluciones que nos parecen validas, soluciones que quedan lejos del profesor que pasa los días en su mesa con su fiel amigo el libro de texto, leyendo largos párrafos que realmente no comprende, sin aportar y sin mejorar nada. Ideas como las que abogan por códigos abiertos que no permitan la copia, pero sí la mejora de las obras escritas por autores previamente recompensados sí generan realmente un contexto educativo más fértil y aprovechable para todos. También conseguir que el profesorado sea capaz de dejar de lado protagonismos y egos y sea capaz de compartir la información por el bien del estudiante, eso sí, asegurándole un reconocimiento por su trabajo, contextuaría mucho más la información y facilitaría el aprendizaje. 

Voila pedagogo, abra cadabra pata de cabra ya tenemos dos soluciones factibles para ese equilibrio del que hablábamos, sin movernos del ordenador y usando solo un poquito nuestra cabeza; y si además el Estado y los caprichosos fondos públicos tuvieran en cuenta la necesidad y la importancia de fomentar una educación que apoyara tanto al autor como al estudiante o investigador existirían muchas más y serían mucho más viables.

Para finalizar esta reflexión nuestro característico toque de humor.
Espero que os guste.

                                                                                                       (Para ver el vídeo subtitulado pulsa la cc de youtube)
¡A seguir currando!